martes, 22 de diciembre de 2020

VOLVER A CASA

Existió, durante mucho tiempo, un anuncio de turrones que acabó siendo un clásico. Al ritmo de una melodía por todos reconocible, un joven era recibido con besos y abrazos, en un andén, o en el salón abastecido de mamá y papá. La música tenía letra y el autor no se había roto mucho la cabeza. Vuelve a casa, decía, vuelve por Navidad...Era el calor del hogar una infancia recobrada. La casa paterna estaba incompleta, mutilada, sin el nuevo huésped. Volver era mucho más que un verbo. Me perdí y fui hallado...

En Navidad salen los presos con permiso y se decreta el alto al fuego. En un ala del hospital, se nota que es Navidad. A los que están solos, les llueven las ofertas: ¿por qué no te unes a nosotros? Esta es una Navidad distinta, aunque no del todo. No se oye música por las calles ni se organizan cenas de trabajo. Transitamos escapando: un bicho anda suelto. A pie de cañón, Felipe VI pronunciará su discurso. Ya sabe, a estas alturas, que su padre no vuelve a palacio. Creo que hasta se hicieron apuestas. Tiene 83 años y una mala salud de hierro. Mantener a la amante a dos pasos del Pardo no ha sido lo más edificante.

Todo empezó con el llamado incidente Botsuana. Se ha convertido en un sobreentendido. Entre una rubia, un elefante y una cadera rota, no acabo de saber qué fue lo que pasó. El rey pidió perdón a los animalistas. Lo siento mucho, dijo, no volverá a ocurrir. Los juancarlistas empezaron a dejar de serlo. Eran cortesanos de afectos cortos. A las maduras sí, pero no a las duras. Hoy se hace leña de un árbol talado con motosierra. No estoy segura de que eso nos honre mucho como democracia. Allá cada cual a quién escupe. Hablamos de un hombre sobre el que no pesa causa alguna. Estoy de acuerdo con Dragó, que se ha pronunciado. La estatura moral de un país ( y de un hijo) se demuestra también con la pietas. Ha escrito su artículo "Merry Christmas, majestad". Pues yo digo lo mismo.

Por lo demás, la familia real ya navega torpedeada en la línea de flotación. Felipe VI carga con la vergüenza de tener a su cuñado vasco en prisión y no se habla con su hermana Cristina. La generación más joven (los hijos de los hijos) ¡quién sabe qué piensan y hasta dónde arrastran sus heridas purulentas! La reina madre, supongo, vive rota en mil pedazos.

Así las cosas, Pablo Iglesias habla como "el elegido". Claro, al rey no se le vota cada cuatro años. Pues dice "el elegido" que esta Navidad surgirá el debate monarquía-república. Ni será la última vez ni tiene por qué ser la primera. Como todo, esto va por familias y según el gusto. Las mesas van a ser pequeñas, pero las diferencias ideológicas pueden surgir igualmente. A la buena de Almudena Grandes le ha salido una hija falangista, que habla de José Antonio como de un "pilar espiritual". Si me apuran, republicana podría ser hasta doña Leonor. Solo de pensar en la formación que le espera...quizá le dé pereza. Como bromea infovlogger, ¿qué pasaría, si la infanta Sofía sufre un conflicto trans? Entonces heredaría él la corona y el debate sería otro.
Yo me declaro monárquica aquí y ahora. La república independiente de Cataluña y las repúblicas, con "s", de Otegi, son un descenso a los infiernos. No puedo decir "soy monárquica" como diría "soy diabética", pero no me hace falta. Y es que los excesos del republicanismo hunden su propia causa.
Se le exige al rey que haga una referencia a su padre, atado de pies y manos. Ya don Juan Carlos declaró que todos somos iguales ante la ley. Eran miles los que aseguraban que el yerno vasco no entraría en prisión, y entró. ¿Qué frase sería pertinente ahora? Son los mismos que le reprochan el discurso de 2017 que tantos agradecieron. Esa noche tenía que haber pedido madurez a los ciudadanos que se desmelenaron. Incluso han tratado de implicar a Victoria Federica, aprovechando que es mayor de edad. Según Isa Serra, el rey emérito es un criminal. Negar la neutralidad del monarca es otro vicio muy viejo. A los socialistas les gustaba mucho alardear de que había sintonía entre Juan Carlos I y Felipe González. Hombre, trece años despachando dan para mucho. Rufián acusa a Felipe VI de presentarse en las listas de VOX.
No me extraña que los mamporreros de la corona se las gasten como se las gastan. Juan Carlos Monedero echa pestes sobre una España con demasiados bares, entre vuelo y vuelo a Suiza. Su propio padre regentaba Casa Gala, negocio del que es propietario. Se venden a traición uno al otro en las televisiones. El caso de Pablo Iglesias es distinto, pero solo en apariencia. Le gusta decir que el autor de sus días fue frapero, como si dijera que canta rap. Ahora bien, si lo dice Cayetana, le molesta, también a la delicada Meritxel. Una cosa es el FRAP y otra las bravuconadas. Ofenderse es una manera de defender a su padre de una realidad oprobiosa. Eso le honra como hijo, aunque agradeceríamos que se aclarara. Apuesto a que pondría a su progenitor en el papel de San José, en un belén viviente. Y hasta lloraría (es de lágrima fácil) con la llegada de los tres reyes magos. 
Casa tiene, que no pesebre. Podrá mantener los dos metros y medio recomendados entre comensales. Es una empresa harto difícil para la mayoría de los mortales. No vivimos ni en palacio ni en chalés galapagarienses. Si no tuviera dónde caerse muerto, yo misma le pondría un plato en mi mesa. Estaría dispuesta a discutir con él las ventajas de la monarquía parlamentaria en España. En mi memoria resonarían las palabras de un buen rey y un padre ausente: ¿por qué no te callas?

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