jueves, 17 de diciembre de 2020

GARZÓN, Sociedad Limitada.

No deja de asombrarse uno de lo sobrevaloradas que están algunas personas, a la par que otras viven (y mueren) infravaloradas. También es cierto que grandes sectores de la sociedad se rinden a la excelencia, como si Dios mismo se hiciese carne ante nosotros. El zapatero se dedica a sus zapatos y el tornero al torno, aunque al que nace barrigón es inútil que lo fajen.
Hay tres hombres en escena que bien pudieran ser un padre y dos hijos, o un tío y dos sobrinos. Llevan el mismo apellido (no tan corriente), pero no existe parentesco entre el de más edad y los otros dos, que son hermanos de sangre, ellos sí. Tres eran tres y ninguno era bueno. A la ciencia turra, tres en una burra.
Luce el veterano (dicho entre paréntesis) nombre de rey mago. Creó estilo, al convertirse en lo que los periodistas dieron en llamar un "juez estrella". Dos panegíricos, uno firmado por Pilar Urbano (El hombre que veía amanecer), y un documental de Isabel Coixet, lo encumbraron más allá de lo que merecía. 
No es mi cometido resumir aquí su biografía. Baste decir que fue inhabilitado por el Tribunal Supremo, por un delito de prevaricación. Sus coqueteos en política (y su reacción posterior) pusieron de relieve una personalidad errática, caprichosa, incluso fanática. Actualmente se dedica a coordinar la defensa de Julian Assange y algún capo, más allá de que se haya convertido en el amor de madurez de la Fiscal General del Estado.
Sigue siendo, no obstante, referente moral para un buen puñado de españoles. Llegaron a autoengañarse asegurando que el juez Garzón era el único condenado por el caso Gürtel. Es lo que tiene ser fan, o seguidor, o simplemente estar cegado: Coixet declaró que "nunca debieron haberlo juzgado", como si fuera un ángel de luz inasible.
Para sentar cátedra, lo invitaron hace días a TVE. El programa no podía ser otro que el que presenta con su cara más dura (y mejor sueldo) Mónica López, la de los anticiclones. Fue como si hubieran pagado a un testigo dispuesto a dar falso testimonio. ¡Abracadabra!, ¡patas de cabra! Según Garzón, que como Franco habla con voz de tiple, la verdadera amenaza a la democracia es VOX, en contraste con EH-BILDU, ERC o la bomba de neutrones. La prueba de que tiene razón, alega, es una moción de censura fallida. Fue presentada contra un gobierno revestido de santidad (y de sanchidad), que preside un hombre que desalojó a Rajoy por la misma vía. Ejerció Garzón como juez en la Audiencia Nacional, pero se le ha olvidado. Vivió amenazado y con escolta, pero se le ha olvidado. Ordenó el desmantelamiento documental y logístico de la vieja Herri Batasuna, pero se le ha olvidado. Estuvo presente en el hallazgo (si por él fuera, ya se iban a marchar de la nave) del nicho en el que Ortega Lara moría en vida, pero se le ha olvidado. 
Semejante talla intelectual me remite a los garzones junior, economista uno, economista el otro. El mayor ha llegado a menistro (como diria el tío de Fortunata) con 35 añitos, en una España cuya argamasa es la meritocracia. El pequeño, Eduardo, es profesor ayudante en la Autónoma de Madrid como rey pudiera ser el tuerto en un mundo de ciegos. Saber que asesoraba a Manuela Carmena ayuda a entender por dónde iban aquellos tiros. El menistro de consumo se dedica a gravar las bebidas azucaradas, o a rebajar el valor del turismo como fuente de ingresos nacional. Eduardo recoge el guante en forma de ocurrencia de un concursante de Gran Hermano. ¿Cómo se arregla la crisis, señores míos? Pues fotocopiando papeluchos con pinta de billetes de curso legal. Si el muchacho ha sido premio extraordinario y todo eso, habrá que plantearse qué relación hay entre el sistema educativo actual y la inteligencia humana. Uno piensa en Daniel Lacalle y no puede evitar establecer comparaciones. Oír a este sucedáneo de economista explicar su receta para la recuperación da verdadera pena. Estamos tocando fondo
Siempre he sostenido que Alberto, el menistro, es un chico triste, apagado. Le falta convicción y esa especie de inanidad debe ser cosa de familia. El profesor graba sus reflexiones en videos que puede ver cualquiera. Parece pasto de las benzodiacepinas. 
Tres garzones, pues, como tres soles. Tres hombres célebres y, por lo visto, influyentes hasta donde lo son. Si algo tienen en común, es la habilidad para dárselas de listos. Cada uno lo hace según su estilo. El juez se estira mucho en la silla, cuando va a hablar. No contesta, pontifica. El menistro y su hermano no dan para otra frase en este artículo. Garzón Sociedad Limitada: ferretería de provincias en liquidación por cierre. 
 

1 comentario:

  1. Está de actualidad, con su jerga. Ha proponido que se está poniendo de manifestación...

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