lunes, 7 de diciembre de 2020

UNA NUEVA ERA


No aplaudiré a Adriana Lastra "porque es mujer". El único órgano de su anatomía que me interesa es el que lleva dentro del cráneo. Al fin y al cabo, ella tampoco me aplaudiría a mí, aunque me abriera en canal, y no lo haría porque pertenezco a ese cajón de sastre que los buenos llaman "facherío".
Se ha apuntado esta asturiana al triunfalismo de última hora. Parece que aprobar un presupuesto es como conquistar la luna. No me extraña que ande tan despistada: trabajaban con los PGE de Montoro, "el austericida". 
Por fin, pues, llega la justicia social a España. El presupuesto en sí podría ser suicida, y no sería la primera vez. Ya en el segundo ejercicio de Zapatero, el PNV votó a favor, admitiendo que era malo para España pero bueno para el País Vasco. No les suponía ningún sonrojo hablar de "sacar tajada", y cito textualmente. Así se expresaba Josu Erkoreka en el Parlamento. 
A parte de las cuentas claras, está "el mercado negro". Se trafica con apoyos, más allá del gasto público. El presupuesto significa continuidad y la continuidad se paga al precio que haga falta. Pedro vendería hasta lo que no tiene y Pablo es un Terminator. La palabra del presidente de España no vale ni una perra gorda. A quien tenemos que escuchar es a su comandante en jefe. Todo lo que dice que hay que hacer es lo que hará. Cuenta con un socio que no conoce escrúpulos. Si está en un aprieto, Iván Redondo le fabrica una coartada. Este Rasputín es como un mago ilusionista: de la chistera saca argumentos falaces, debates distractores, las reliquias de santa Bernadette. Si cuadra, nos pegaremos por Recaredo I.
¿Que toca ser republicano? ¡pues marchando una república! ¿que Otegi quiere más de una?, ¡marchando el matarife! Un disparo hidráulico en la frente de la ciudadanía toda. Aturdida como está, se tragará sapos y ranas. Así es como nos ven: un rebaño hacia el precipicio donde no se despeñan sus intereses. Después se van a cenar, con las manos limpias. Tienen los sueldos, los cargos, las suelas inmaculadas. Es lo que le pasa a Adrianita: se cree muy buena. Ya imita a Pablo Iglesias, porque todo se pega. Amenaza con un futuro secuestrado, ¡hay gobierno para mucho, mucho, mucho tiempo! Y ella... ¿cómo lo sabe? ¿Acaso las urnas ya no son "del pueblo"? 
Tan idiota como ella es Meritxel Batet. Habla de una Constitución en la que caben todos y no solo los que se apropian de su espíritu. Eso que se lo diga a Otegi o a Rufián: la Carta Magna es un rollo de papel higiénico. La catalana se vistió de largo para un día tan señalado. Aún así, la dejaron plantada y bien plantada. Ni EH-BILDU, ni ERC, ni el PNV. Osea: los que se presentan tienen la culpa "de estar". Es verdad que Santiago Abascal pasó el día en Cataluña. Por eso Mónica López, alias isobaras, le preguntó a Monasterio por tal ausencia. Ustedes que son tan constitucionalistas..., le dijo. La diputada, otra verborreica, no le contestó lo que le tenía que contestar. La pregunta llevaba carga de profundidad, para variar. No se puede ser un poco constitucionalista, o un mucho, o tan... O se es constitucionalista o se está en la sinrazón. No todas (¿qué se le va a hacer?) tienen la perspicacia de Cayetana Álvarez de Toledo. 
Entramos, nos dicen, en "una nueva era". Según el diccionario, es un período que "se caracteriza por un nuevo orden de cosas". No sorprende, por tanto, ese lenguaje adanista. La Historia empieza con ellos y empieza ahora. El día que Casado apuntó a matar contra Abascal se pegó un tiro en el pie y cayó en su propia trampa. Pablo Iglesias daba la bienvenida a "la derecha canovista" que merece "este país". Poco le ha durado a su tocayo la alegría por la aprobación de ese fanfarrón con mal carácter. Adriana Lastra acusa al PP de "fascista" y de "alimentar discursos de odio". 
Esta chica se ve que no se oye. Cuando habla, desconecta de sí misma. Su oratoria es constructiva, benéfica, bienintencionada. Volverá a casa por Navidad. Suerte que tiene, ella, "la bienpagá". Supo estar a la derecha de Dios, cuando Dios andaba en horas bajas. Serán unas navidades de lujo, para todos los que están en el ajo. Podrían pagarse unas kokotxas con angulas, si tienen el capricho. También pueden mojar el pan en la salsa laica que tanto anhela Arnaldo Otegi. Lo dice con asco, como si quisiera desinfectar el aire de miasmas. Es de esos que le arrancan el niño Jesús a la gente y a cambio de nada. No existe un pecado más grande.
Los "sin nada" seguiremos aquí, sin prisa, sin pausa. Rezaremos para que la amputación llegue antes de que se extienda la gangrena. Ya lo dijo Pérez Reverte en su peculiar estilo: "reconozco a un hijoputa en cuanto lo veo". Cenaremos en paz, si para entonces no está prohibido. Comeremos turrón, si nos da el sueldo. Somos fachas, sí, tan fachas que ni nos quieren los nuestros. Lo tenemos merecido, ¿no?

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