lunes, 30 de noviembre de 2020

MADRID


 Frecuenté Madrid, por razones personales, en los años 80. Era, (y soy) un Cocodrilo Dundee, perdida en la gran ciudad. Me aturdían el tráfico y las aglomeraciones, pero guardo gratos, gratísimos recuerdos del, por así decir, madrileño medio. El agua del canal de Isabel II no tiene igual. La pinacoteca se ha ido completando, hasta enloquecer a los amantes del arte. Me gustaban especialmente el museo romántico (muy coqueto) y el museo del mar. Salir a cenar por la noche era una delicia. Conocí el Café Gijón y el Madrid galdosiano. Descubrí el placer de un agosto solitario, tomando el sol sobre el césped de una piscina. Las calles estaban desiertas a las dos de la tarde. En el rastro perdía la cabeza, sobre todo en los anticuarios. A mí llega todavía el olor a aceituna...
Madrid podría ser ese punto en el que se apoya la aguja del compás. Después iríamos trazando la silueta de la piel de toro. Es ciudad abierta, no al mar, ni al océano, ¿qué se le va a hacer? Son muchos los madrileños que visitan nuestras costas. Después descubres que de Madrid de Madrid, ¡no son! Y es que la capital da cobijo a todo el que a ella se arrima. Ha sido, y es, ciudad refugio de muchos vascos en apuros.
Existió una cierta inquina, cultivada "en la periferia". Como en Madrid se decía aquello de "en provincias"... Ser provinciano (o ciudad provinciana) era como no estar en la modernidad al cien por cien. En resumidas cuentas: paletos contra urbanitas. Ahora se lleva mucho lamentarse por "la España vaciada". Esos éxodos tienen su razón de ser. Algunos quieren corregirlos con un móvil de mil doscientos euros en la mano. Nadie les impide establecerse en un pueblo de cincuenta habitantes.
Es coherente con los hechos que el más cateto arremeta contra la vanguardia. Sólo podía ser Rufián (en representación) el que levantara un hacha envenenada. ¡Un independentista pidiendo centralismo controlador! Si no lo veo, no lo creo. Primero arruinan su casa y luego tratan de hundir la casa del vecino. Aún recuerdo sus maneras de matón de barrio. ¡Quite sus sucias manos de Cataluña, señor Rajoy! Están podridos de odio hasta las trancas.
Para dar cuerpo a una injerencia intolerable, este republicano habla de "paraíso fiscal que se ha montado la derecha". Los madrileños no tienen la culpa de que Cataluña sea un infierno, con una fiscalidad que lamentarán los contribuyentes. La TVE ya habla de "armonización fiscal" como si fuera un punto en el programa electoral. Dan la impresión de que estamos ante un objetivo en firme. Cada gobierno autonómico ha tenido su margen de maniobra y lo ha ejercido. Ahora resulta que todos tenemos que tener los mismos impuestos. No es lo mismo que decir que a todos nos liberarán de las mismas cargas. No se fien...Rufián le llama "armonización" a que nos den un palo a los bolsillos en todas partes. ¡Españolito!, ¡no tendrás dónde respirar! Es otra ficción más para mantenerse en pie de guerra. Madrid: enemigo a batir. El impuesto de sucesiones, ¿lo queremos o no? El gobierno de la comunidad que lo elimina o lo reduce, ¿castiga a sus no votantes? Aquí, en Galicia, Núñez Feijóo prometió que acabaría con semejante abuso. Pasan los años y no cumple. 
Exigen la homogeneización, pues, los que "sacralizan la diferencia". Cataluña era única, singular, superior. Con la foralidad y el concierto vasco no se meten. No toca ni se atreven. Nos recuerda las razones Garzón, el ministro. Ya sabemos que está consagrado en la Constitución. Hay que ver cómo les parece intocable para lo que les conviene. Señores: tomen buena nota. Eso sí: venden a bombo y platillo la mercancía averiada. El independentismo delictivo atropella a Isabel Ayuso, pero la amenaza a la estabilidad de España es ella, según Carmen Calvo. Nunca un gobierno se confundió más con una agencia de publicidad. Propaganderos son un rato, pero todo tiene un límite. Madrid ha rebajado el IRPF un 25% a las rentas más bajas y un 2'3 a las más altas. Su aportación ha sido casi tres veces la de Cataluña en el período 2009-2018. Recauda más y es la comunidad más solidaria. Contribuye con 31.672 millones. Imaginemos el caso contrario: la Comunidad de Madrid dictando su esquema fiscal a la Generalitat. Además de ignorantes, estos palurdos de nuevo cuño no soportan la libertad. Detrás del telón, Sánchez y Cia.

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