domingo, 8 de diciembre de 2019

LA SEÑORA PRESIDENTE.


Hace unos días, en un conocido programa de televisión, la presentadora anunciaba, como anticipo de todo lo malo que nos espera, la fórmula utilizada por Espinosa de los Monteros, de VOX. Se celebraba la sesión de configuración de la Cámara Baja y el diputado dijo, al dirigirse a Meritxel Batet, señora presidente, y lo hizo en cinco ocasiones. Sin más explicaciones, sin tener en cuenta la gramática, la periodista (como cientos de miles de ciudadanos) consideraba tal uso una provocación, frente a la forma correcta que, según ella, sería señora presidenta, con a.
Estuve atenta a las noticias unos días. Creí que el crimen de Espinosa tendría más recorrido. No encontré rastro on line, ni en redes sociales. Ahí queda, pues, una fórmula que, supongo, al menos el diputado en cuestión, seguirá utilizando.
Existe una obsesión (y una eclosión) por lo que se ha dado en llamar lenguaje inclusivo. La visibilidad que se reclama, en ocasiones, se torna hipervigilancia. Veamos: el sufijo ente (y sus variantes) significa el autor de la acción. Forma palabras como paciente, dirigente, remitente, suplente. En su forma ante tendríamos las palabras amante o visitante. Yo entiendo que la existencia de señoras presidentes nos ha conducido a decir señora presidenta, muy bien. Pues asimismo un sanitario ha de decir me espera una pacienta o yo tendré que escribir en una novela la remitenta era fulanita de tal...
En términos generales parecería que las marcas masculino y femenino las distribuye el lenguaje sexista con una o y una a (oculta) respectivamente. Nada más lejos de la realidad. No hace mucho tiempo tuvimos otro debate a propósito del término portavoza. Una diputada ultracorreccionista se animó a utilizarlo, pero no existe la palabra voza en castellano, sino voz. Como hablamos (o escribimos) sirviéndonos de un sistema muy complejo (y eficiente) sabremos especificar si nos estamos refiriendo a un hombre o a una mujer. Lo hacemos con el artículo, diciendo el portavoz o la portavoz, es decir el hombre o la mujer en quienes recae la portavocía.
Alguien argüirá que el idioma debe responder a las necesidades y los tiempos, y no al revés. A eso contesto que no tiene sentido corregir allí donde no es necesario y, si no, revisemos otros ejemplos.
Se usa la arroba como símbolo inclusivo, una especie de simbiosis entre la a y la o. En cambio, en los plurales, es gracioso encontrársela en casos como las trabajadoras (con a) y los trabajadores (con e) y no trabajadoros. Hay más: revisores, relatores, visitadores, menores. La propia e (y no la arroba) y el plural son suficientes para indicar que se trata de grupos mixtos.
El caso de la e es muy curioso. Ha seducido a grupos militantes, que proponen desterrar la a y la o y santas pascuas. Cuando se dirigen al público, (como ciertos animalistes) hacen un esfuerzo tan grande, (nosotres) que acaban en un auténtico trabalenguas. Hasta la publicidad se ha hecho eco de tal fenómeno. Hay un anuncio (creo que vende una bebida) en el que aparecen cinco jóvenes (ni jóvenos ni jóvenas). Simbolizan una especie de hermafroditismo evolucionado y futurista y alguien se dirige a ellos y ellas (elles) diciendo ¡compañeres!
No siempre la inclusión de la forma femenina consigue la tan invocada visibilidad. Si tomamos como ejemplo ciertas revistas, veremos que preferentemente (o solo) se dirigen a las lectoras. La forma masculina (universal) sería mucho más subversiva, en mi opinión, y no al revés. Además es inclusiva, a diferencia del femenino, que es excluyente y crea gineceos.
Otra pifia que suele colarse automáticamente es aquella de médicos y enfermeras. Si empleáramos solo el masculino, es decir, médicos y enfermeros, eliminaríamos la distribución por sexos en función del rango, como piloto y azafata, o jefe y secretaria...
En resumidas cuentas: todo aquel que se considere firme detractor de un partido (en este caso VOX pero podría ser cualquier otro) tendrá, supongo, sobradas razones que exponer en su alegato. Si sobran, no es necesario añadir más. No parece razonable atacar a un diputado que usa bien la gramática porque es de VOX. Diré como curiosidad que en muchos países de Hispanoamérica se utiliza la forma la señora presidente.

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