martes, 14 de julio de 2015

VIAJE DE IDA


 
 
Después de nueve años y cinco meses, la sonda New Horizons ha llegado a su destino. Pasará de largo y tomará fotografías.  Avanza a una velocidad de 54.000 km/h.
¡Qué lejano parece y, sin embargo, está muy cerca! La misma Vía Láctea no es más que un parque temático. Perdidos en un universo inconmensurable y no tenemos vecinos. De nada nos servirá la diplomacia.
Dicen que por allí hace un frío que pela. También debe ser un cielo muy oscuro. A vista de pájaro es otra masa inerte, suspendida como la misma tierra.
Hubo un tiempo en el que no estuvimos. Más que un milagro, la vida es una anomalía. La  incertidumbre se extiende ante nosotros, que mantenemos nuestra gran carcasa en stand by.
Nueve años y cinco meses. Casi una década de ausencia. Alejándose nos obliga a enfrentar este hormiguero. ¡Qué poca cosa somos y qué solos estamos!
Quizá no haya un futuro para la raza humana. No creo que colonicemos el espacio exterior como nuevo nicho. Plutón duerme olvidado de Dios. Por estos barrios ni está ni se le espera.

2 comentarios:

  1. Cierto es que un día no estuvimos y, muy probablemente también, la vida es una anomalía pero nada nos impide disfrutar de los momentos que se nos presentan, como este escrito tuyo. Gracias por no estar en Plutón.

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  2. Bueno, las dos sabemos ahora que la tierra no es lo suficientemente grande para que no nos hayamos podido reencontrar, después de tanto tiempo. Un abrazo.

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