lunes, 23 de noviembre de 2015

BAILANDO CON LOBOS.

Parece que España fuera un vetusto país pendiente de demolición. Que nos sobran las Diputaciones, muchos municipios y hasta el nombre es una cantilena que venimos oyendo desde hace mucho tiempo. Nadie dice qué hará con las plantillas de funcionarios, cómo lo hará, cuándo lo hará. Aún así, se sigue repitiendo que hay que quitar grasa como un estribillo.
El caso del Senado, sin ir más lejos, resulta muy ilustrativo. El pequeño Nicolás y Carmen Lomana a la cabeza quieren acabar con él. Se presentan como candidatos a ocupar su escaño, eso ni se pregunta. Serán, supongo, la carga que lo dinamite desde dentro. Todo está tan mal, dicen, que a cualquier hijo de vecino le apetece dar un paso al frente: regeneración, cambio, limpieza, una nueva forma de hacer política. Por prohibir, acabarán prohibiéndolo todo: no quedarán puertas giratorias ni en los hoteles clásicos.
Somos un país rico donde es  muy rentable dárselas de pobre. La tasa de paro es alta, pero los candidatos reconocen haber pagado o cobrado en negro. Nos gusta la paz en el mundo, pero hacemos la guerra en casa. Nos envolvemos en cualquier bandera, siempre y cuando no sea la nuestra.
Entre el federalismo y el autonomismo parece que mediara un mundo. Si no es simétrico, pues que sea asimétrico, descafeinado o con leche. Vivimos de eslóganes, palabras huecas, frases hechas. No somos velocistas, pero tampoco corredores de fondo.
Somos lobos con piel de cordero. Nuestra memoria es la más arbitraria que se conoce. La envidia, ni que decir tiene, hace estragos. Algunos no conocen ni a su madre.
Bastarían unos pocos datos para sacarnos los colores. Campeones en consumo de cocaína, fracaso escolar, piratería cultural. Quizá la corrección política se ha impuesto como cemento armado por una razón. Es la única forma que tenemos de pasar por lo que no somos. Otro rasgo característico de todo español es hablar mal de España. Podría seguir, pero no quiero. A ver quién es el guapo que me niega la nacionalidad ahora. ¡Viva España, pero no los españoles!

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